Un equipo del Instituto de Investigación del Hospital del Mar de Barcelona ha identificado una proteína que desempeña un papel determinante en la metástasis del cáncer de mama. Se trata de TIM3, cuya presencia en las células tumorales aumenta considerablemente el riesgo de progresión de la enfermedad. El hallazgo abre nuevas perspectivas para tratamientos preventivos contra la diseminación del cáncer.
Según los investigadores, un fármaco inhibidor de TIM3 logró evitar el 80% de las metástasis en modelos animales. Actualmente, existen compuestos de este tipo en fase de ensayo en humanos, aunque orientados a tratar estadios avanzados de distintos tipos de cáncer. Ahora, los científicos proponen avanzar hacia ensayos clínicos enfocados específicamente en la prevención de metástasis en pacientes con cáncer de mama que expresan esta proteína.
“La producción de TIM3 en el tumor implica un alto riesgo de progresión y un pronóstico desfavorable”, explicó Toni Celià-Terrassa, director del estudio, cuyos resultados se publican este lunes en la revista Cancer Cell. “Una terapia dirigida contra TIM3 podría ser muy beneficiosa para estas pacientes”, añadió.
TIM3 y el riesgo de recaída
El equipo analizó muestras de 257 mujeres con distintos subtipos de cáncer de mama, tratadas en el Hospital del Mar, el Hospital Clínico de Valencia y la Fundación Jiménez Díaz de Madrid. De ellas, el 18% presentaban expresión de TIM3 en las células tumorales. Este grupo fue el que mostró mayor riesgo de desarrollar metástasis y menor supervivencia.
En casos de cáncer localmente avanzado (sin metástasis detectadas, pero con extensión a tejidos vecinos o ganglios linfáticos), la supervivencia a cinco años fue del 90% cuando no había TIM3. Pero en los tumores con TIM3, la tasa cayó al 20%.
Esto, según los autores, respalda la necesidad de iniciar ensayos clínicos con terapias anti-TIM3, orientadas a bloquear la formación de micrometástasis en pacientes con alto riesgo de recaída.
Cómo actúa la proteína
TIM3 facilita la supervivencia de células tumorales que escapan del tumor primario y se instalan en otros órganos. Estas células pueden permanecer latentes durante años antes de reactivarse como metástasis visibles. La proteína inhibe la acción del sistema inmune, permitiendo que las células tumorales no sean eliminadas. Además, confiere a las células características de células madre, lo que aumenta su capacidad de generar nuevas metástasis.
Los estudios se centraron especialmente en metástasis hepáticas, frecuentes pero poco investigadas en el cáncer de mama, aunque también se detectó TIM3 en metástasis pulmonares y cerebrales. Esto lleva a los investigadores a pensar que una terapia contra TIM3 podría ser eficaz para prevenir metástasis en múltiples órganos.
Próximos pasos
Aunque por ahora no se ha demostrado el papel de TIM3 en otros tipos de cáncer, los investigadores no descartan su implicación en procesos metastásicos más amplios. “Si interviene en el cáncer de mama, es probable que también lo haga en otros”, señaló Joan Albanell, jefe de oncología del Hospital del Mar y coautor del trabajo.
El equipo busca ahora poner en marcha un ensayo clínico en colaboración con el Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (Geicam), enfocado en pacientes con cáncer de mama triple negativo, uno de los subtipos más agresivos y con menos opciones terapéuticas.
El estudio fue financiado por la Fundación Fero con el apoyo de Mango, además de recibir aportes de la Asociación Española Contra el Cáncer, la Asociación Española Cáncer de Mama Metastásico y la Fundación La Caixa.
Fuente: https://helvecia.com.uy/