Según los investigadores del Anderson Cancer Center de Houston (EE. UU.), los factores genéticos hereditarios son los causantes del 5-10% de los cánceres, mientras que las causas ambientales representan alrededor del 90% de los casos.
De ello se deduce que una parte importante de los cánceres (aproximadamente la mitad) pueden prevenirse con la práctica de hábitos saludables.
- Peso a raya
Mantén un peso saludable a lo largo de la vida. El sobrepeso y la obesidad aumentan el riesgo de cáncer y recidivas, ya que se han relacionado con una inflamación sistémica de bajo grado que se caracteriza por la elevación de citoquinas inflamatorias. Esta condición está relacionada con el desarrollo de enfermedades, ya que produce una alteración del sistema inmunitario. - Ejercicio físico todos los días
Realiza ejercicio físico a diario. Ayuda a mantener un buen tono muscular y reducir la grasa corporal.La grasa está relacionada con hasta el 33% de los cánceres de colon, mama, riñón y del tracto digestivo. El tejido adiposo es hormonalmente activo y su exceso modifica el ambiente hormonal del organismo.Hay evidencia también para recomendar el ejercicio físico durante el tratamiento oncológico. - Practicar la relajación
Mantén una buena gestión del estrés. Dentro de los factores ambientales encontramos los factores psicoemocionales, que también pueden desencadenar –debido a una mala gestión del estrés– un proceso de enfermedad. De ahí la importancia de realizar prácticas que ayuden a mejorar la gestión de ese estado, como pueden ser el mindfulness, los baños de bosque y un mayor contacto con la naturaleza. - Menos azúcar
Evita el azúcar y reduce el consumo de alimentos con un índice glucémico elevado. Esto incluye zumos de frutas, bebidas deportivas azucaradas, miel, sirope de agave y otros endulzantes. El endulzante recomendado es la estevia y de vez en cuando el azúcar de coco o el azúcar de palma. Una buena web para saber el índice glucémico de los alimentos es www.glycemicindex. com.
Un metaanálisis del 2008, publicado en American Journal Clinical Nutrition, asoció una dieta rica en alimentos con un índice glucémico alto con mayor riesgo de cáncer de colon, vejiga y endometrio, y de cánceres relacionados con la diabetes, mientras que una dieta con alimentos de bajo índice glucémico se ha relacionado con un riesgo reducido de cáncer. Un informe del año 2013 del American Institute for Cancer Research y el World Cancer Research Fund International, también recomienda reducir el consumo de los alimentos con una alta carga glucémica por su relación en el riesgo de cáncer de endometrio. - Más vegetales
Realiza una dieta basada principalmente en vegetales y frutas. Un estudio con 31.000 mujeres mostró una asociación inversa entre el consumo de vegetales y el riesgo de cáncer de mama. Un metaanálisis concluyó que el riesgo de cáncer de mama disminuyó significativamente en mujeres con un alto consumo de flavonol (cebollas, col rizada, puerros y brócoli) y flavona (perejil, tomillo, apio y orégano, entre otros).
También se ha relacionado con niveles reducidos del factor de crecimiento insulínico en suero (IGF1), asociado con algunos tipos de cáncer. Otros alimentos a tener en cuenta son los vegetales ricos en betacarotenos, como la calabaza, zanahoria y boniato.
Las verduras crucíferas (col, coliflor, brócoli, col rizada, coles de Bruselas, colinabo, rábano y berros) parece que pueden modificar el metabolismo de los estrógenos de manera favorable, y también se ha visto que reducen la proliferación celular e inhiben la expresión de una prostaglandina inflamatoria, la ciclooxigenasa-2 (COX-2) en células cancerígenas.
Tomado de: https://www.cuerpomente.com