De acuerdo con cifras de la Agencia Internacional de Investigación en Cáncer y de la Organización Mundial de la Salud, el cáncer de seno fue el de mayor incidencia en Colombia en el último año, con un total de 13.380 nuevos casos, es decir, el 13,1 % del total de los nuevos casos de todos los tipos de cáncer (ambos sexos y todas las edades).
Casi una cuarta parte (24,8 %) de los nuevos casos de cáncer en mujeres en Colombia, durante el 2018, fue cáncer de seno. A pesar de ser el cáncer de seno el de mayor incidencia en el país y el de mayor prevalencia ( 39.330 en 5 años ), es el tercero en número de muertes en 2018, con 3.702, después de cáncer de estómago (5.505) y de pulmón ( 5.236 ).
Esta enfermedad no solo afecta físicamente a las personas sino también psicológica y socialmente. Por este motivo, se busca fomentar, en el mes mundial del cáncer de mama, a la prevención y autoexploración, con el fin de motivar a las mujeres a que acudan a consultas médicas y de diagnóstico oportuno.
Así mismo, se busca orientarlas sobre la cirugía plástica reconstructiva de mama, que permite mejorar la calidad de vida de mujeres que han perdido uno o sus dos senos como consecuencia del cáncer o de los tratamientos para combatirlo.
Señales de alerta
De acuerdo con el doctor Ernesto Barbosa, presidente nacional de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva (SCCP), “la prevención y la exploración está ante todo, en manos de las mismas mujeres, y de hombres también, porque el cáncer de seno no sólo se presenta en la población femenina”.
Barbosa recalca la importancia de realizarse mensualmente el autoexamen de seno, el cual debe ser realizado periódicamente en la ducha, antes de vestirse en las mañanas o antes de acostarse en las noches.
Otra forma de prevenir o detectar alguna anomalía, es mediante la visita regular al médico, así la paciente no tenga antecedentes familiares de la enfermedad y con mayor razón si hay riesgo de cáncer de seno por algún factor.
“Cualquier signo extraño, diferente, cualquier alerta por pequeña que sea, es importante. Está demostrado que el diagnóstico en estadios tempranos, tienen mejores pronósticos”. De acuerdo con el especialista, si se observa cambio de color en los pezones, si estos se notan hundidos o si, durante la exploración y al apretar sale líquido de ellos, si se ve o se palpa alguna deformación en los senos o se sienten protuberancias, masas o ‘bolitas’, se debe consultar de manera inmediata.
“El autoexamen puede tardar dos minutos o minuto y medio, pero puede salvar toda una vida. Hay que hacerlo por lo menos una vez al mes, primero observar de pie, frente a un espejo, y ver si hay cambios en la piel, en el tamaño o en la forma, luego con las manos en la cadera, inclinándose hacia adelante y después con las manos detrás de la cabeza. Enseguida, usando la yema de los dedos, y tocando en círculos, también de manera vertical y horizontal, tratar de sentir si hay endurecimientos o hundimientos y revisar incluso las axilas.”, enfatizó Barbosa.
Igualmente, Barbosa recalcó que la mamografía junto con la ecografía mamaria, después de los 40 años, son los exámenes clave en este proceso de cuidado y diagnóstico temprano. La mamografía después de esta edad es recomendable cada año o cada 2 años según criterio médico y de acuerdo con la historia clínica de cada paciente. Antes de esta edad, la ecografía mamaria es el examen radiológico de elección.
María Isabel Cadena, cirujana plástica miembro de Junta Directiva Nacional de la SCCP, destacó que “dentro de nuestra labor de orientación recomendamos siempre cultivar hábitos saludables de alimentación, consumo de frutas y verduras, evitar el sobrepeso, no fumar, hacer ejercicio y, fundamental, reducir el estrés”.
Mastectomía y reconstrucción
Para evitar la propagación de células malignas a otras zonas del cuerpo, se requiere realizar una mastectomía, es decir, la extracción parcial o total de ganglios linfáticos y tejidos mamarios ubicados en el pezón, la aureola y la axila. Esta intervención puede afectar a quienes se la hacen, pues, si bien es una medida preventiva, modifica considerablemente el cuerpo de la mujer.
Sin embargo, una alternativa para evitar un cambio radical es la cirugía reconstructiva de seno. Con respecto a esta intervención, Barbosa asegura que “cuenta con buenos efectos a corto y largo plazo y si está óptimamente realizada, tendrá buena respuesta”. Esta debe ser realizada en un periodo mínimo de 6 meses posterior a la radioterapia, y se debe dejar pasar al menos un año para hacer control oncológico y asegurar el éxito de la cirugía.
Se puede hacer una colocación de implantes o de colgajos (tejido trasplantado de una zona del cuerpo a otra). De acuerdo con Barbosa, si bien “los implantes mamarios no generan carcinomas ni adenocarcinomas mamarios, en los últimos años se ha descrito una asociación entre los implantes mamarios y la patología denominada Linfoma Anaplásico de Células Grandes – LACG -. Esta rara enfermedad se produce alrededor de los implantes mamarios y se ha asociado también a otros dispositivos médicos como implantes dentales, prótesis de cadera y válvulas cardíacas”.
El presidente de la SCCP aclara que la cirugía plástica reconstructiva de mama es una opción que ayuda a las mujeres a superar algunas de las secuelas que quedan tras la extirpación del seno, entre esas el sentimiento de amputación que va más allá de lo físico. Sin embargo, no todas las situaciones ni las técnicas o tipos de reconstrucción son iguales en todas las pacientes y decidir qué es el mejor, dependerá de cada caso particular.
Tomado de: https://www.eluniversal.com.co/