La Asociación Española contra el Cáncer calculó que en 2021 habían aparecido 285.530 casos nuevos de cáncer en España. Esta cifra es bastante alarmante, sobre todo si tenemos en cuenta que el Instituto Nacional de Estadística posiciona los tumores como una de las principales causas de muerte en el país.
Son muchas las investigaciones que tratan de dar con mejores tratamientos o formas de diagnóstico más efectivas para reducir el daño que hace este tipo de enfermedades. Una de las últimas consiste en pequeños robots bacterianos que se mueven por el interior del cuerpo humano para llevar fármacos que terminen con las células cancerosas con mayor precisión.
Los micro robots no son ninguna novedad en el campo de la medicina. De hecho, hace poco hablamos en 20BITS de un estudio que había creado otros minidispositivos que también servían para desplazar los medicamentos a las zonas del cuerpo afectadas. Sin embargo, en la investigación del Instituto Max Planck para Sistemas Inteligentes, han enfocado estos aparatos para el tratamiento del cáncer.
Los autores de la investigación explican que su propuesta permitiría que los fármacos liberasen su componente directamente en los tumores, eliminando las células cancerosas de forma indolora y eficaz. Yunus Alapan, coautor del estudio, habló de cómo actuaría su invento:
“Esta entrega en el lugar sería mínimamente invasiva para el paciente, indolora, con una toxicidad mínima y los medicamentos desarrollarían su efecto donde fuera necesario y no dentro de todo el cuerpo”.
El equipo probó durante sus ensayos a adherir nanoliposomas (vesículas esféricas hechas de lípidos que almacenan medicamentos en su interior) y nanopartículas magnéticas a 86 bacterias E. coli. De este modo, consiguieron que bacterias comunes se transformasen en una especie de ejércitos de micro robots biohíbridos.
Según detallan en el estudio, dentro de los nanoliposomas había fármacos quimioterapéuticos y su cubierta exterior se quitaba al entrar en contacto con rayos infrarrojos. Por su parte, las partículas magnéticas se usaban para desplazar las bacterias por el organismo.
Birgül Akolpoglu, autor principal de la investigación, comentó que “con un imán” podrían dirigir las partículas hacia el tumor: “Una vez que suficientes micro robots rodean el tumor, apuntamos un láser al tejido y eso desencadena la liberación del fármaco”.
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