De acuerdo con las estimaciones de la Agencia Nacional para la investigación del Cáncer, en Colombia se han detectado más de 15.000 casos de cáncer de mama, lo que lo convierte en uno de los problemas de salud pública más difíciles de controlar.
A pesar de las campañas de detección temprana, todavía sigue siendo una enfermedad que afecta a miles de mujeres en Colombia y el mundo.
En este sentido, una investigación reveló una opción para frenar el avance de ciertos cánceres de mama detectando a tiempo una mutación que se genera en el corazón de los tumores.
Se trata de una investigación publicada en la revista Lancet Oncology, una de las más importantes revistas sobre el cáncer del mundo.
Los investigadores utilizaron la técnica de biopsia líquida, una alternativa de examen que se ha venido utilizando en los últimos años y que permite estudiar los tumores sin tener que recurrir a la biopsia física, en la que hay que someter a la paciente a una cirugía que puede traer consecuencias graves para la persona.
La biopsia líquida se obtiene mediante una toma de sangre que contiene una pequeña pare del ADN de las células cancerígenas y que permite que se puedan aislar y estudiar más fácilmente.
Las pacientes del estudio fueron sometidas a una biopsia líquida y, específicamente para la mutación bESR1 del cáncer de mama, dividieron el grupo de diagnosticadas tratando a las primeras con el tratamiento común y a las segundas con el medicamento fulverstrant.
En el segundo grupo se puedo determinar que la progresión del cáncer se detuvo al menos una media superior por varios meses.
Sin embargo, este estudio tiene ciertas limitaciones, pues no evalúa si el cambio de tratamiento realmente puede no solo detener, sino evitar los fallecimientos a raíz del cáncer.
Además, solo examina un tipo de cáncer de mama donde el tumor es receptivo para los estrógenos y por ello permite el funcionamiento de tratamientos hormonales utilizados en este estudio, pero no incluye los cánceres “triple negativos”, los más mortíferos que existe.
Cuando las células cancerosas se desprenden de un tumor primario y migran a otros órganos, esto se denomina cáncer metastásico. Los órganos afectados por estas metástasis, sin embargo, dependen en parte de su tejido de origen.
En el caso del cáncer de mama, suelen formarse en los huesos. En un intento por conocer qué determina los órganos afectados por la metástasis, un equipo de la Universidad de Ginebra (UNIGE), en colaboración con investigadores de la ETH de Zúrich, Suiza, ha identificado una proteína implicada en este fenómeno.
Este descubrimiento, que ha sido publicado en la revista Nature Communications, podría conducir al desarrollo de enfoques terapéuticos para suprimir la metástasis. Este estudio confirma la importancia de la plasticidad de las células tumorales durante el proceso metastásico y podría permitir, a largo plazo, considerar nuevos enfoques terapéuticos para prevenir la aparición de metástasis.
Desde el sitio primario de un tumor, las células cancerosas pueden invadir su microambiente y luego circular a través de los vasos sanguíneos y linfáticos hacia tejidos sanos distantes para formar metástasis.
En el caso del cáncer de mama metastásico, las células cancerosas colonizan principalmente los huesos, pero también se pueden encontrar en otros órganos como el hígado, los pulmones o el cerebro.
Aunque los mecanismos moleculares y celulares responsables de las diferentes etapas del proceso metastásico aún no se comprenden completamente, los estudios muestran que la plasticidad celular juega un papel importante.
Este término se refiere a la capacidad de las células para cambiar de función y de forma. Así, las células tumorales que se vuelven metastásicas cambian de forma y se vuelven móviles.
El laboratorio del profesor Didier Picard, perteneciente al Departamento de Biología Molecular y Celular de la Facultad de Ciencias, está interesado en los mecanismos que gobiernan los procesos metastásicos relacionados con el cáncer de mama.
Su grupo colaboró con el equipo del profesor Nicolás Aceto en ETHZ para estudiar estos procesos en ratones. Los biólogos investigaron el papel potencial de la proteína ZEB1, conocida por aumentar la plasticidad celular, en la migración de células de cáncer de mama.
“A diferencia de las mujeres, los ratones trasplantados con células de cáncer de mama humano desarrollan metástasis en los pulmones, no en los huesos. Por lo tanto, buscamos identificar factores capaces de inducir metástasis en el tejido óseo y, en particular, probamos el efecto del factor ZEB1″, señala Nastaran Mohammadi Ghahhari, investigador del Departamento de Biología Molecular y Celular y primer autor del estudio.
En experimentos de migración e invasión ‘in vitro’, los científicos encontraron que las células cancerosas que expresaban ZEB1 se trasladaron al tejido óseo, a diferencia de las células cancerosas que no lo expresaban.
Estos resultados se confirmaron más tarde cuando se trasplantaron células de cáncer de mama humano a las glándulas mamarias de ratones. Si las células cancerosas no expresaban ZEB1, la metástasis se producía principalmente en los pulmones.
Fuente: https://www.semana.com