Conservar el buen estado de la salud es la prioridad de muchas personas o, bueno, por lo menos así lo es para los pacientes diagnosticados con cáncer, quienes procuran seguir al pie de la letra sus tratamientos con el ánimo de elongar su calidad de vida lo más que puedan.
Y es que no resulta nada sencillo recibir la noticia de que se padece algún tipo de cáncer, especialmente por la complejidad que rodea a esta afección y el proceso que implica para quienes deben aprender a vivir con ella.
Sucede así con la leucemia o cualquier otro tipo de cáncer asociado a la sangre. De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, Medline Plus, se entiende por leucemia al cáncer que tiene lugar en las células sanguíneas, provocando que estas se formen de manera anormal, especialmente alterando el funcionamiento de las células sanas en el organismo.
Entre las características propias de esta enfermedad se encuentra que tiene múltiples variantes, dependiendo de la clase de glóbulo que se vea afectado por la condición, así como de la gravedad de la misma. Así pues, explican desde Medline Plus, si el cáncer infecta a los glóbulos blancos se considera un tipo linfocito, mientras que cuando se producen “células inmaduras que se convierten en glóbulos blancos, glóbulos rojos o plaquetas”, se está frente a células mieloides, según indican.
Ahora bien, según el progreso de la enfermedad, es decir, si es acelerado o lento, se puede clasificar entre aguda y crónica, añaden desde Mayo Clinic.
Juntando estas características, entonces, existen cuatro clases de leucemia:
En los adultos, uno de los tipos más frecuentes es la leucemia mielógena aguda, también nombrada solo por sus iniciales como AML. Desde la Asociación Americana de Oncología Clínica comparten la sintomatología que suelen presentar las personas que son diagnosticadas con esta condición, lo cual podría contribuir a identificar esta enfermedad a tiempo y tratarla correctamente.
Las señales que presenta el cuerpo son diversas, pueden ir desde debilidad general o fatiga, hasta aparición de infecciones constantemente. Al tratarse de una condición compleja se sugiere que de verificarse uno o más síntomas se acuda al médico para descartar la existencia de un posible cáncer.
Entre los signos considerados de alerta para la entidad se listan:
Ante el diagnóstico de esta afección es común preguntarse, además, por las posibilidades de sobrevivir a ella. La buena noticia en este sentido es que existen algunos tratamientos que pueden aliviar ciertos síntomas e inclusive ofrecer una mejor calidad de vida, pero ello se evalúa según cada caso particular.
Desde el hospital Memorial Sloan Kettering indican que algunas opciones para los pacientes de cáncer de sangre son la quimioterapia, la terapia dirigida, el tratamiento mediante inmunoterapia y los trasplantes de células madre hematopoyéticas, es decir que pueden formarse como cualquier tipo de célula sanguínea, o el trasplante de médula ósea.
Se consideran factores de riesgo para el desarrollo de esta enfermedad, según Mayo Clinic; los antecedentes genéticos de cáncer, los trastornos genéticos, estar sometido a tratamientos como la quimioterapia o la radioterapia en ocasiones anteriores la exposición a sustancias químicas como el benceno.
Ante cualquier inquietud, siempre se sugerirá acudir al médico, ya que de ninguna manera este artículo reemplaza las indicaciones de un profesional en el campo.
Fuente: https://www.semana.com/