Los expertos destacan la necesidad de desterrar el tabaquismo, mejorar la dieta e impulsar la detección precoz para frenar el imparable aumento de la incidencia. Hasta un 30% de los tumores podrían evitarse reduciendo la exposición a factores que aumentan el riesgo de desarrollarlos.
Cada año, 7.000 personas son diagnosticadas de cáncer en la Región. El incremento de la incidencia parece imparable. En cáncer colorrectal, la prevalencia se ha duplicado en los últimos 25 años, y también han aumentado los casos en mama y otros tumores. Por fortuna, al mismo tiempo mejoran los tratamientos y se alarga la esperanza de vida. Pero la batalla está muy lejos de haber sido ganada. Los expertos coinciden en que la prevención es fundamental para poner coto a la extensión de la enfermedad. Lo advirtieron ayer los participantes en la tercera jornada del ciclo ‘Cuida tu salud’, que organizan ‘La Verdad’, el Hospital Quirónsalud Murcia y el ElPozo Bienstar con la colaboración de la Consejería de Salud.
A la compleja pregunta de ‘cómo prevenir el cáncer’ trataron de responder Antonio Brugarolas, director de la Plataforma de Oncología del Hospital Quirónsalud de Torrevieja; Pedro Galindo, especialista en Cirugía Oncológica y Cirugía General y Aparato Digestivo del Hospital Quirónsalud Murcia; Carlos Ignacio Tourné, médico de la Consejería de Salud; la doctora Inmaculada Castro; y Francisco Pérez Riquelme, técnico de la Consejería de Salud. Al acto acudió también el director general de Salud Pública, José Carlos Vicente.
El cáncer se sigue percibiendo «como una lotería», pero los avances en el conocimiento de los mecanismos que se esconden tras la generación de tumores apuntan a factores de riesgo que, al menos en algunos casos, son evitables, recordó Carlos Ignacio Tourné. El cáncer se produce por errores -tradicionalmente considerados aleatorios- en la duplicación del ADN de las células. «No creo que sean errores aleatorios, y el cáncer de pulmón es el ejemplo más claro de ello», advirtió Tourné. El 90% de los tumores de pulmón están vinculados al tabaco, «luego el problema en otros cánceres es que no conocemos las causas de esos errores en la duplicación del ADN», insistió este experto de la Consejería.
En general, se calcula que el 30% de todos los cánceres podrían evitarse con ejercicio físico, moderación en el consumo de alcohol, una dieta mediterránea y un control del peso para evitar la obesidad. Eso significa que, de los 7.000 tumores diagnosticados en 2015 -último año con datos disponibles-, se podrían haber evitado 2.700 con unos hábitos de vida saludable.
La mayor o menor capacidad para prevenir depende del tipo de tumor. En mama, «se puede reducir el riesgo entre un 27% y un 38% eliminando factores como el alcohol, el sedentarismo y la obesidad», subrayó Inmaculada Castro. Pero la prevención no solo consiste en evitar malos hábitos. También hay factores de protección a tener en cuenta. En el caso del cáncer de mama, la lactancia materna «ha demostrado esa capacidad de protección».
Hay hábitos que pueden ser a la vez un riesgo o una forma de prevención, dependiendo de la forma en que se practiquen. Ocurre con la exposición al sol. Tumbarse en la playa o la piscina con protector solar, con moderación y sin pasarse, permite activar en nuestro organismo la vitamina D, «que es muy protectora frente al cáncer», destacó Antonio Brugarolas, director de la Plataforma de Oncología del Hospital Quirónsalud de Torrevieja. Sin embargo, es bien conocido que tomar el sol sin protección y con exceso supone exponerse a padecer un melanoma.
En general, llevar una vida sana ayuda a prevenir la mayor parte de los diferentes tipos de cáncer. El alcohol, por ejemplo, eleva el riesgo en al menos 11 tipos de tumores. Uno de ellos es el cáncer colorrectal, donde también juega un papel fundamental la alimentación. La Organización Mundial de Salud (OMS) ha determinado que la ingesta de 50 gramos diarios de carne procesada (embutidos, salchichas, etc) incrementa un 18% el riesgo de padecer la enfermedad. También el consumo de 100 gramos diarios de carne roja supone un mayor riesgo. Las conclusiones de la OMS causaron una gran tormenta, y han sido muy discutidas. Para Antonio Brugarolas, sin embargo, las advertencias están justificadas.
Al igual que ciertos alimentos suponen un aumento de la exposición a tóxicos potencialmente cancerígenos, una dieta rica en antioxidantes aporta todo lo contrario. La fibra, presente en frutas y verduras, es básica en cualquier alimentación que pretenda ser sana. Las cinco raciones diarias de fruta y verdura no deben faltar, como tampoco las legumbres, el aceite de oliva y el pescado. El ajo y la leche también son recomendables, subraya Brugarolas.
Pero la prevención cuenta con otra herramienta básica: los planes de cribado en mama y colon. Ambos programas están implantados en la Región, aunque el de colon aún no se ha extendido por completo. Se trata de cribados «que se han demostrado eficaces», resaltó Francisco Pérez, técnico de la Dirección General de Salud Pública.
Tomado de: www.laverdad.es