El inmunólogo Bruno Silva-Santos, del Instituto de Medicina Molecular de Lisboa, ha descubierto cómo multiplicar en el laboratorio un tipo particular de células inmunitarias llamadas linfocitos T gamma/delta. Tienen la ventaja, respecto a otros linfocitos, de que no provocan reacciones de rechazo inmunitario. “Son absolutamente universales; las células gamma/delta de una persona se pueden transfundir a otra sin ningún problema”, señala Silva-Santos.
Por ello, si se consigue que los linfocitos gamma/delta reconozcan y ataquen las células tumorales, se abrirá la vía a tratar algunos tipos de cáncer con linfocitos obtenidos de donaciones de sangre. El equipo de Silva-Santos ha conseguido expandir las células gamma/delta en el laboratorio hasta 10.000 veces. Según sus cálculos, con los linfocitos de un solo donante se pueden obtener suficientes células para tratar entre cincuenta y cien pacientes.
En el futuro, espera, habrá bancos de células gamma/delta, con características ligeramente distintas según cada donante y según las modificaciones genéticas que se les hayan introducido, y se podrán elegir las más adecuadas para tratar a cada paciente.
Por ahora, ha probado la acción antitumoral de las células gamma/delta en cultivos de células de cáncer y “ha funcionado francamente bien”, asegura. Lo ha hecho utilizando un subtipo concreto de células llamado T Delta Uno (o células DOT, por sus iniciales en inglés). Después del éxito de los experimentos con cultivos celulares, también las ha ensayado en cuatro tipos de ratón con cáncer y “hemos conseguido reducir la masa de los tumores y alargarles la vida, aunque no les hemos curado; aún tenemos margen para mejorar”.
Para que las células DOT se lleguen a utilizar en el tratamiento de pacientes, Silva-Santos se ha asociado a Pablo Menéndez, del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras. Su primer objetivo será mejorar el tratamiento de la leucemia mieloide aguda, que representa el 40% de todas las leucemias en países occidentales. “Esperamos poder iniciar los ensayos clínicos en un plazo máximo de cinco años”, señala. Si los ensayos son positivos, “más adelante podría ampliarse el uso de las células DOT a otros tipos de leucemia”.
Tomado de: https://www.lavanguardia.com