Un grupo de investigación del Penn State Cancer Institute analizó 17 estudios sobre el cáncer publicados entre 1996 y 2020, para determinar la relación entre el consumo de hongos comestibles y esta enfermedad. Así lo exponen los académicos en un artículo publicado en Advances in Nutrition.
Los expertos analizaron los datos de más de 19.500 pacientes con cáncer, para estudiar la relación entre el consumo de hongos y el riesgo de cáncer. El hallazgo indica que comer tan solo una porción de 18 gramos diarios puede reducir hasta en un 45% el riesgo de contraer esta enfermedad.
“En general, estos hallazgos proporcionan evidencia importante de los efectos protectores de los hongos contra el cáncer”, dijo el autor del estudio John Richie, profesor de ciencias de la salud pública y farmacología en el Penn State Cancer Institute. “Se necesitan estudios futuros para identificar mejor los mecanismos involucrados y los cánceres específicos que pueden verse afectados”.
De acuerdo con el experto, es indispensable tener entre otras variables el tipo de hongos que se consumen y el método de cocción que se utiliza para prepararlos. Y lo más importante la porción de 18 gramos, que representa entre un 1/8 y 1/4 de taza.
Los hongos son ampliamente utilizados en la medicina asiática. Esto porque es bien sabido que su consumo resulta ser una buena fuente de proteínas, vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes.
Además son la fuente dietética más alta de ergotioneína, un antioxidante, antiinflamatorio y protector celular único y potente, que según los expertos, los humanos no pueden sintetizar por sí mismos. “Reponer antioxidantes en el cuerpo puede ayudar a proteger contra el estrés oxidativo y reducir el riesgo de cáncer”, explicó Djibril M. Ba, estudiante de posgrado en epidemiología de la Facultad de Medicina de Penn State.
De acuerdo con el informe, aunque los hongos shiitake, ostra, maitake y ostra rey tienen cantidades más altas de ergotioneína que los hongos blanco, cremini y portobello, los pacientes que incorporaron cualquier variedad en su alimentación, tenían menor riesgo frente al cáncer.
En el proceso de identificar la relación con cánceres específicos, se encontró que las asociaciones más fuertes eran en referencia al cáncer de mama, ya que las personas que comían hongos con regularidad tenían un riesgo significativamente menor de este tipo de enfermedad. Sin embargo, esto podría deberse a que la mayoría de los estudios no incluyeron otras formas de cáncer.
Este avance podría abrir el camino para explorar los efectos protectores que tienen los hongos y ayudar a crear mejores dietas. Además porque según el profesor Richie, “hay muchos otros agentes bioactivos en los hongos que también pueden estar desempeñando un papel”.
Otro beneficio del consumo de hongos que se ha estudiado en el pasado, está relacionado con niveles más bajos de deterioro cognitivo en las personas. Pero eso si, hay que tener en cuenta que aunque los comestibles son considerados un super alimento, existen hongos que no son apto para el consumo humano y que de hecho pueden resultar venenosos.
Fuente: https://www.semana.com/