Cuando comienzan a crecer la mayoría de tumores sólidos, el sistema inmunitario los reconoce y elimina. No obstante, algunos consiguen escapar y para ello y continuar proliferando manipulan al sistema inmunitario y lo reeducan para que no los reconozca como malignos y trabaje a su favor, por ejemplo, haciéndole fabricar vasos sanguíneos que aporten más oxígeno y nutrientes a las células cancerosas.
En ese cambio de rol del sistema inmunitario, un tipo de células, los macrófagos, desempeñan un papel crucial, puesto que pasan de promover una inmunidad antitumoral a ser capaces de suprimir esta respuesta e interferir en la quimioterapia, la radioterapia y los tratamientos de inmunoterapia dirigida.
Ahora, un grupo de investigadores del Institut Germans Trias i Pujol (IGTP), del laboratorio de inmunidad innata, liderados por Maria Rosa Sarrias, han encontrado una forma de modificar esos macrófagos de manera que el sistema inmunitario recupere su capacidad de atacar al tumor.
“Los macrófagos expresan una proteína que, si se bloquea, hace que vuelvan a ser antitumorales otra vez, lo que facilita el ataque del sistema de defensa del organismo”, explica Sarrias. En este sentido, esta investigadora y su equipo han desarrollado un anticuerpo, en colaboración con Leonor Kremer del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC), que actúa de forma selectiva sobre esta proteína modificando los macrófagos.
De momento, en colaboración con Annabel Valledor, de la Universidad de Barcelona (UB), ya han validado este anticuerpo en ratones con éxito. Ahora desarrollarán un proyecto, centrado en cáncer hepático y de pulmón, para testar qué sucede cuando se aumenta la dosis de este anticuerpo y también cuando se aplica en combinación con otros fármacos.
“El objetivo es comprobar si logramos modificar el entorno tumoral, cambiar la respuesta inmunitaria y facilitar el efecto de otras terapias, tanto inmunoterapias como quimioterapias”, destaca esta bióloga, que es también investigadora asociada al servicio digestivo del hospital Germans Trias i Pujol (Badalona). Si los resultados son positivos, servirían de base para comenzar a diseñar un futuro ensayo clínico en humanos.
Fuente: https://www.lavanguardia.com/