El gen BRCA2, asociado al cáncer de seno hereditario, ahora parece también ser responsable de las formas más agresivas de cáncer de próstata en hombres.
El cáncer de próstata es el segundo más frecuente a nivel mundial. Y aunque en los últimos años la supervivencia ha aumentado de forma continuada debido al diagnóstico precoz, todavía representa una de las principales causa de muerte por cáncer en hombres. Un grupo de investigadores españoles acaba de descubrir que su versión más agresiva se asocia a mutaciones en el gen BRCA2, relacionado también con cáncer de mama hereditario, ovario y páncreas, entre otros.
El trabajo liderado por los españoles Elena Castro, Nuria Romero-Laorden y David Olmos, investigadores de la Unidad de Investigación Clínica de Cáncer de Próstata del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas fue publicado en Journal of Clinical Oncology. El hallazgo reviste una gran importancia médica pues implica que los familiares de pacientes de cáncer de próstata con mutaciones en BRCA2 podrían tener un mayor riesgo de desarrollar cáncer, y por tanto deberían acceder a programas de prevención del cáncer familiar.
Otra de las implicaciones de este trabajo es que los médicos que detecten pacientes de próstata con mutaciones en el gen BRCA2 deberán replantear sus estrategias terapéuticas pues en teoría tienen un riesgo de evolucionar peor y responder mal al tratamiento habitual.
“Esta es la primera demostración prospectiva -basada no en la revisión de datos, sino en el seguimiento de los pacientes desde el diagnóstico de cáncer avanzado– de que las mutaciones en BRCA2, por sí mismas e independientemente de otros factores, confieren peor pronóstico y pueden condicionar diferente respuesta a los tratamientos”, explicó Castro, primera firmante del artículo a través de un comunicado de prensa.
La investigación es resultado de un trabajo colaborativo entre 38 hospitales España en el que se hizo seguimiento a 400 pacientes a lo largo de cinco años. Se estima que un 3% de los pacientes con cáncer de próstata tienen mutaciones en el gen BRCA2. Pero la cifra asciende hasta el 16% cuando se consideran otros genes asociados con la reparación del daño del ADN.. “Es un porcentaje que puede parecer relativamente bajo, aunque representa a un número muy significativo de pacientes, dada la alta incidencia del cáncer de próstata”, señaló Castro.
El trabajo de los españoles permite también comenzar a diferenciar mucho mejor las caras del cáncer del próstata. Hasta ahora los médicos han metido en la misma categoría pacientes muy diversos. De hecho desde hace varios años varios grupos de especialistas han insistido en que no todo lo que llamamos “cáncer de próstata” es tan grave como se cree. En 2017, en la revista The New England Journal of Medicine, un grupo de científicos afiliados a la Universidad de Minnesota, el Hospital General de Massachusetts en Boston, la Universidad de Washington, la Universidad de Oklahoma, el Baylor College of Medicine de Houston y Myriad Genetics Laboratories revelaron los resultados de un trabajo que les tomó 20 años en el que intentaron aclarar ese debate.
“Después de casi 20 años de seguimiento entre los hombres con cáncer de próstata localizado, la cirugía no se asoció con una mortalidad total o de cáncer de próstata significativamente inferior a la de los hombres bajo observación. La cirugía se asoció con una mayor frecuencia de eventos adversos (disfunción eréctil, incontinencia urinaria) que entre el grupo de hombres bajo observación”, concluyeron los investigadores.
Tomado de: https://www.elespectador.com